lunes, 9 de agosto de 2010

Made en USA


No sé si lo sabréis, no creo, pero estoy en Orlando. Sí, la ciudad de Disney, aunque espero sacar mucho más provecho a esta ciudad, que estar día tras día disfrutando como un recién nacido en las atracciones.

Me he instalado hoy mismo en un hotel cerca de donde voy a dar un curso de inglés y cómo no, necesitaba hacer la compra. Justo en frente de mi hotel tengo Walmart, el Mercadona estadounidense. Paseando por su largos pasillos y tras haber cogido latas de sopas y verduras, los que me conocéis sabéis que tiro mucho por esa rama, encontré algo a lo que no podía dar credito... ¡Tachán! ¡Las palomitas que veo en las pelis! Esas que se ponen a calentar al fuego y se van inflando mientras se hacen. No me lo podía creer, y claro no pude resistir la tentación de cogerlas de la estantería y montarlas en mi carro. ¡Qué gusto!

Scream fue una de las películas que ensalzaron esas ganas por econtrar estas palomitas. En efecto, estas popcorn tienen un gran protagonismo en esa primera escena. Escena, que por otra parte me encanta, ya que Drew Barrymore hace un excelente papel de TVS (Típica Víctima Sream). Dícese del prototipo de mujeres, la mayoría de ellas rubias y con grandes bustos, que preguntan "¿hay alguien ahí?", oyen ruidos sospechosos en la planta de arriba y suben a investigar, eligen herramientas tan indefensas como puede ser un abrecartas, y se quedan embobadas mirando para atrás en vez de salir pitando de la casa.

Lo único que espero es que estén deliciosas. Bon appétit!


domingo, 8 de agosto de 2010

La guerra a través de Christine Spengler



Si ya es interesante leer una novela ficticia, lo es aún más leer una biografía escrita de tal manera que parece que se trate de una historia inventada. Acabo de leer la última página del libro Entre la luz y la sombra. Un libro escrito por Christine Spengler, gran fotógrafa de guerra. Es una mujer encantadora, que he tenido el placer de conocer. Valiente, con coraje, y con su misión en la vida bien definida: viajar por el mundo y denunciar las torturas, injusticias y guerras que desgraciadamente algunos países padecen.
No sabía nada acerca de la fotografía, la primera vez que cogió la Nikon de su hermano Eric, pero ella había nacido para tener esta valiosa arma consigo. Se acercó al visor y recordó los encuadres que Goya realizaba en sus pinturas, gran maestro para Christine. Se ha tenido que enfrentar con la muerte en varias ocasiones, bien por estar en pleno campo de batalla o por ser secuestrada y torturada al pensar que era una espía.
Desde que descubrió su talento como fotógrafa en el Chad, ha viajado a lugares tan dispares como Irlanda del Norte, Camboya o Afganistán. Cada página de este libro es un mundo, una nueva aventura. Te da la oportunidad de entrar a formar parte, como espectador, de lo duro que es ser reportero de guerra, pero a la vez gratificante. Gratificante, ya que gracias a sus fotos, a su testimonio, podemos saber qué pasó realmente en cada una de las guerras o conflictos existentes.

Lo que más me ha sorprendido de Christine es la importancia que le da a las personas, sabe que en su trabajo trata constantemente con personas, y como a tal, las trata con cariño, respeto y lo más importante, se acuerda de ellas.
Christine Spengler es en definitiva una mujer, que ha vivido en guerras, a las que ha ido por su propia decisión. Una mujer que no quiere poner fin a testimoniar las injusticias, pero que espero que sepa vivir amando a sus seres queridos y que solamente viaje a esa Irlanda derruida o a ese Phnom Penh aterrador en sus recuerdos.

Más información en http://christinespengler.blogspot.com/